Veíamos al principio de este blog en qué consistía una
auditoría energética, ahora vamos a ver un poco más en detalle cuál es la
metodología a seguir por un auditor de forma general.
El primer paso es definir cuál es el objeto y el alcance de
la auditoría. El objeto incluye las instalaciones, los servicios y las zonas
incluidas en el estudio, mientras que el
alcance es la profundidad y el grado de detalle con el que se va a llevar a
cabo la auditoría.
Una vez hecho esto, los puntos fundamentales a realizar son
los siguientes:
- Una correcta comunicación entre el auditor y los encargados en la organización, para una correcta transmisión de información y datos.
- Solicitar a la organización información, datos y documentación para la realización de la auditoría.
- Pactar las fechas.
- Pactar con la organización un programa de trabajo adecuado, incluyendo la posibilidad de entrevistarse con el personal.
- Si es necesario realizar las medidas “in situ”.
- Por último y para finalizar la auditoría energética, el auditor debe entregar a la organización un informe resumen con las propuestas para mejorar las instalaciones, la inversión que supondría y una estimación del tiempo que se tardaría en recuperar la inversión realizada.
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