Una de las maneras más intuitivas para saber si una empresa, organización, edificio, o cualquier otro elemento que consuma energía, está funcionando correctamente desde un punto de vista energético, es la comparación.
Esta comparación puede ser con elementos de similares
características, por actividad, función u otro aspecto similar, o con edificios
o sedes de la misma empresa, lo que puede ser muy útil para poder saber si
alguna parte de la empresa no está funcionando correctamente.
En este punto, aparece un concepto muy relacionado con esto
y de gran utilidad para la auditoría en eficiencia energética. Se trata del benchmarking,
que proviene del inglés y puede definirse como un proceso sistemático y
continuo para evaluar comparativamente procesos en organizaciones.
Consiste en tomar comparadores o benchmarking, que permiten
comparar entre distintas sedes de una misma organización o con otra empresa.
Este sistema de comparación puede resultar de gran utilidad
de cara a generar medidas de ahorro y de eficiencia energética, ya que existe
la posibilidad de que sea un buen incentivo para los usuarios de la energía
estar por debajo de sus compañeros o competidores.
Se puede considerar este concepto de benchmarking como la
consecuencia de una administración para la calidad, además de ser una
herramienta en la mejora de procesos.
En el próximo post veremos cómo aplicar este concepto a la
eficiencia energética mediante el sistema SEINON.
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